Siempre he pensado que los malos gestores piensan que una empresa son números y procesos. Suelen repetir esa frase de "nadie es imprescindible" y sin embargo la historia nunca les acaba dando la razón.
Acabo de ver la película "la red social" y me ha inspirado una serie de reflexiones sobre la creación y evolución de una empresa. Hace mucho que defendemos que una marca es una idea, un concepto cargado de significado que da sentido a todo negocio. La empresa, por el contrario, son las personas que llevan a término esa idea para convertirla en algo muy concreto y rentable.
Las ideas son genéricas, las empresas son concretas. Las ideas tienen un valor, pero como ya he defendido en numerosas ocasiones la capacidad de llevarlas a término, el "road to market" es lo que realmente las hace relevantes.
Detrás de la historia de Facebook, de Apple, de Zara, de cualquier empresa gigantesca, mediana o start up existe un equipo de personas con perfiles muy distintos que son capaces de aportar talento y energía a una idea inicial y concretarla de forma que esa idea se convierte en una marca con un significado, un estilo y una forma absolutamente distintiva de las demás. Igual que toda buena historia tiene sus personajes definidos, toda buena empresa cuenta con unos roles que demuestran que en la combinación adecuada de personas puede residir la fórmula del éxito.
El visionario: alguien capaz de ver la mejor forma posible de plasmar esa idea. Una idea que se le ha ocurrido a mucha gente, de la que incluso se habla de ella abiertamente en distintos foros pero que nadie ha sabido concretar de la mejor forma posible.(Jobs o Zuckeberg )
El técnico obsesivo: alguien con una capacidad enorme de desarrollar una competencia esencial para la empresa. (Wozniak, Savering, Larry Page )
El amplificador sociable: Un relaciones públicas, persona con contactos, insider de la categoría que sabe reconocer el valor de la empresa y darle ese empujón que diferencia los pequeños de los que van a ser grandes. (Fanning de Napster, por ejemplo)
El gestor con los pies en el suelo: Alguien que integra un equipo de personas diferentes, administra los recursos correctamente y es capaz de secuenciar en el tiempo la visión, la técnica y la capacidad de amplificación al ritmo de crecimiento. (Si, yo pienso que Sculley hizo más por Apple de lo que se ha escrito sobre él...)
Pensad en ejemplos concretos, repasad la historia de las grandes empresas y veréis que los arquetipos se repiten. La moraleja es que siempre es mejor gestionar un equipo de personas muy diversas para conseguir el éxito empresarial y que a pesar de que una marca es una idea la empresa no es más que el equipo de talentos que hacen crecer esa idea dándole su talante especial. La levadura del pastel.
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